Los abuelos significan para el bebé un cariño y una atención adicional a los papás, alguien fuera de casa en quien poder confíar y aprender. Una buena relación entre padres y abuelos ofrece al bebé la oportunidad de apoyarse en estos últimos para crecer.
Los abuelos suelen poseer más tiempo y paciencia que los propios padres, y se dedican sobre todo a disfrutar del nuevo miembro de la familia, sin embargo los padres tienen más preocupaciones que en muchas ocasiones les impiden disfrutar al completo del crecimiento de su pequeño.
Por otra parte, para los abuelos los cambios que afectan al nacimiento del bebé son menos traumáticos que para los nuevos padres. Antes, como padres, eran el punto de referencia de la vida de los hijos, ahora, como abuelos, se ven obligados a contemplar como sus hijos crean su propia familia y toman el mando relegándoles a ser jefes de segunda instancia.
No siempre este papel “secundario” es fácil de aceptar. En ocasiones, el gran amor que sienten por sus nietos y las ganas de sentirse útiles y de ocuparse del recién nacido pueden considerarse como una intrusión, por lo que su papel debe ser el de la voz de la experiencia, que aconseja sin imponer.
Ayuda incondicional
En una sociedad como la actual, donde la mujer se encuentra cada vez más incorporada al mundo laboral, los abuelos tienen que ayudar entonces a sus hijos en la cría de los bebés. De todas formas, es importante que los padres no exijan de los abuelos más ayuda de la que éstos pueden en realidad ofrecer, pues existen abuelos que por su edad o condiciones físicas no se encuentran en condiciones de ofrecer toda la ayuda que ellos desearían.
Unos abuelos demasiado permisivos pueden mimar sin querer a su nieto, ante todo un abuelo debe esforzarse en aprender a decir no a algunas cosas y abrirse a nuevos conceptos alimentarios o de conducta, por eso, sería muy positivo que hablaseis con ellos acerca de cómo educar al bebé.
Y es que a los abuelos tienen que prestar apoyo de manera libre y no forzada, lo mejor es que intenten llevar la relación con los nuevos padres respetando su papel, sin criticar o imponer sus consideraciones y limitándose a aconsejar y a apoyar a la nueva familia.