Que es mejor: ¿Residencia o en Casa? La respuesta es normalmente unánime entre los profesionales de geriatría: en casa, y quiero decir en casa de la persona anciana no en la de un hijo. Pero claro esto no es nada fácil. Cada uno tenemos una situación personal diferente. La publicidad y el gobierno no ayudan.

Vamos a desmenuzar todas las posibilidades con sus pros y contras.

RESIDENCIA:

En principio están atendidos 24 horas, preparados para urgencias, la mayoría de las residencias cuentan con un equipo multidisciplinar (medico, enfermera, auxiliares, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, trabajador social, podólogos, logopedas,  peluquería…), lo que hace que cuenten con un tratamiento específico para cada persona.

Aunque en realidad no todas las residencias disponen de todos estos servicios, así como pueden ser que no sean suficientes en personal con lo que tendrán que priorizar a quién llevan al gimnasio y en qué horario.

Todavía los profesionales no hemos conseguido suplir el amor de la familia y el espacio para el ocio necesario para todos. Por lo que resulta ideal cuando la familia está muy implicada en el cuidado, se llevan de vez en cuando un fin de semana a casa a su padre o madre.

Por otro lado es difícil conseguir plaza a nivel público y a nivel privado hablamos de 1500 a 3500 euros al mes.

Esta opción es perfecta si todavía son independientes y sólo necesitan supervisión o si por el contrario necesitan ayuda para todo. Además soluciona muchos problemas prácticos que en casa no sabemos cómo solucionar.

Hay que saber que si la persona que ha de ingresar no quiere o no está cognitivamente bien, es más fácil que se desoriente en tiempo y espacio, es habitual pasar por una depresión, y además pierden parte de su intimidad y han de atenerse a las normas y horarios, o incluso la familia tiene un cierto sentimiento de culpabilidad.

Yo creo que las familias que decidan que esta opción es la mejor para su situación, sigan adelante, crean fielmente que hicieron lo mejor para su familiar (y no permitan que les digan lo contrario), pero no está exenta de problemas.

SU PROPIA CASA:

En cuanto a intimidad, orientación temporal y espacial y emocionalmente suele ser la opción mejor para la persona afectada.

Si escogemos esta opción debemos asesorarnos por más de un profesional, llevar el control de los médicos, seguramente contratar un auxiliar de enfermería, un acompañante o una señora de la limpieza. Creo (también porque me dedico a esto) deben asesorarse por una enfermera especialista en geriatría para que estudie su caso y les oriente de las posibilidades y lo que se puede esperar con el tiempo.

Siempre hay recursos como los centros de día, más aún los especializados en demencia si es su caso.

Si existe una urgencia médica estamos más indefensos que en una residencia, pero también hemos de pensar en que compensa más: vida larga o vida con calidad de vida.

Si pensamos en el dinero, echo una cuenta de asesoramiento, material para los cuidados, y otros posibles profesionales que podamos necesitar y creo que la cuenta asciende a los 1500 – 2000 euros al mes, pero en este caso la atención es TOTALMENTE individualizada.

CASA DE UN HIJO:

Parece que ésta es la opción intermedia, nos ahorramos los desplazamientos, aunque no es propia casa pero no es una casa desconocida.

Nos enfrentaremos a los mismos retos que en la opción anterior con la ventaja de que habrá muchas horas al día que no precise pagar a nadie para estar con su padre o madre. Así que los gastos serán algo menos: entre 1000 y 1200 euros al mes.

Con lo que en este caso tenemos todas las ventajas de la opción anterior: tratamiento individualizado, con el amor y compañía que da la familia (que ningún servicio puede sustituir) y tal vez con menos desventajas de desorientación y posible depresión por parte de nuestro mayor.

CASA DE LOS HIJOS: cada 6 meses en una casa.

Es una opción que desaconsejo totalmente por el bien de la persona a cuidar y por el bien de la familia.

Es verdad, que por ejemplo si son 2 hermano o 3, y se queda en una casa sólo, este hijo al final está más tiempo al pie del cañón que los otros, pero a lo mejor pueden compensar en tiempo que se vayan con su padre o se ocupen de los médicos o repartan otras muchas tareas que irán surgiendo.

Pero de esta manera tenemos los mismos gastos que en la opción de estar en casa sólo, tenemos que montar la misma infraestructura de material y de personas en 2 o 3 casas diferentes; y para nuestros mayores no es bueno, provocamos una sensación de desarraigo, no son de ninguna parte, y puede que nosotros como cuidadores no lleguemos nunca a entender a nuestro padre o madre, esto que decimos de “ya le he cogido el truquillo…”.

Dicho todo esto, cada situación es diferente y nadie mejor que vosotros mismos podéis valorar qué es lo mejor, dicho de otra manera, vuestra escala de valores es vuestra e intransferible.

Pero decidáis lo que decidáis hacedlo convencidos, asesorados y en consenso con el resto de la familia.

Desde Geriarte os ayudamos en la medida de lo posible, si necesitáis más información pregúntanos! ¡No te quedes con la duda!